La mansión de la familia "Hanson"

Se dice que alrededor de 1840 a 1920, las personas de la alta sociedad tenían la extraña costumbre de esconder a sus hijos si presentaban alguna deformidad o trastorno psicológico. Si esto ocurría, se les encerraba en una habitación alejada de las áreas comunes de la casa, para que los invitados no pudieran darse cuenta de la presencia de estos hijos. Incluso la servidumbre no estaba al tanto de su existencia.
Hay una leyenda de una familia adinerada con el apellido Hanson que habitaba en un bosque a las afueras de Nueva Inglaterra. Tenían una habitación subterránea en la que se ocultaba un terrible secreto: no era un solo hijo quien estaba encerrado allí, sino cinco hermanos: tres mujeres y dos varones. Esta alteración genética se debía a que el matrimonio tenía parentesco sanguíneo. Con el paso de los años, estos hijos desarrollaron deformidades estéticas y estrés postraumático.
Afortunadamente, la pareja tuvo también otras tres hijas sanas que al crecer se casaron y dejaron la casa paterna para formar sus propias familias. Los padres se quedaron a cargo del cuidado de los seis hermanos enfermos.
Con el paso del tiempo, los dos hermanos varones embarazaron a sus hermanas. Los padres no sabían quién de los hermanos era el responsable de los embarazos, pero los niños nacidos tenían serios problemas.
El padre castigó brutalmente a los varones y estos se rebelaron, asesinándolo y devorando sus restos. La madre fue a buscar a su esposo y tuvo la misma suerte. Los hermanos liberaron a sus hermanas y a los bebés, alimentándolos con los restos de su madre.
Cuando se acabó la comida en la mansión, los hermanos decidieron salir en busca de alimento y fue así como iniciaron una ola de asesinatos que las autoridades no lograban resolver. Los hermanos dementes mataron a más de un centenar de personas, sin importar su estatus social.
La violencia duró más de dos años. Pero cuando una mujer de alta sociedad desapareció, testigos vieron a los dos hombres que la golpearon hasta matarla y posteriormente se la llevaron.
Las autoridades los siguieron y, en la casa, encontraron más de 30 osamentas y restos humanos, además de ropa ensangrentada que pertenecía a los difuntos. Los integrantes de la familia fueron trasladados a un hospital psiquiátrico y recluidos por el resto de sus vidas. Las hermanas sanas de los asesinos nunca se presentaron y la mansión familiar quedó abandonada.


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